El trabajo está lleno de momentos difíciles: un compañero de trabajo malo, un jefe que ignora tus ideas, demandas poco realistas de las partes interesadas y un problema que resulta más difícil de lo esperado.
Estos momentos a menudo despiertan fuertes sentimientos de ira, dolor, frustración, desesperación, dudas sobre uno mismo, baja autoestima e incompetencia.
En lugar de abordar la situación con la mente clara, dejamos que nuestras emociones determinen cómo pensamos y cómo actuamos.
Nosotros o bien:
Esa reacción exagerada o falta de acción rompe la confianza y daña las relaciones, lo que dificulta la colaboración y la realización del trabajo. Problemas que podrían haberse resuelto en una sola conversación persisten con debates interminables. Los plazos se extienden, las partes interesadas se ponen ansiosas y los objetivos comerciales no se alcanzan.
Aprender a navegar en situaciones difíciles es una habilidad que se puede dominar desarrollando la mentalidad correcta y practicando las estrategias correctas.
Los momentos más difíciles suelen dar lugar a los mejores momentos de tu vida. Sigue adelante. Las situaciones difíciles al final forman personas fuertes.
—Roy Bennett
Ya sea que se trate de un conflicto de ideas, de puntos de vista o de intereses, abordar los problemas en el momento adecuado puede ahorrarle a usted y a los demás muchos problemas. Menos distracciones por conflictos no resueltos le dejarán más tiempo y energía para hacer el trabajo que importa.
Tu mente es una máquina que busca dramatismo: tiene tendencia a exagerar y sacar las cosas de proporción.
Le gusta inventar historias, darte un acto central en cada historia y asumir los peores resultados posibles.
Entonces, si bien tu cerebro puede alertarte cuando te enfrentas a una situación difícil, también puede hacerte actuar de manera contraproducente al:
Usted puede asumir que su compañero de trabajo está tratando de perjudicarlo cuando no está de acuerdo.
Cuando no eres capaz de encontrar una solución a un problema complejo, puedes llenarte de dudas sobre ti mismo.
Cuando no te consideran para un ascenso, puedes asumir que tu gerente es parcial en lugar de centrarse en las habilidades que te faltan y lo que necesitas hacer para mejorar.
Ver la situación basándose en tus nociones y creencias preconcebidas te hace descartar soluciones alternativas y otras posibilidades.
Estos sesgos, si no se controlan, pueden interferir en su capacidad de pensar con claridad y resolver problemas.
Construimos nuestras creencias, en su mayoría de manera inconsciente, y a partir de ahí nos mantienen cautivos. Pueden ayudarnos a centrarnos y hacernos más eficaces, pero lamentablemente también pueden limitarnos: nos ciegan ante las posibilidades y nos someten a la niebla, el miedo y la duda.
— Dave Gray
Encontrar una solución a un problema difícil requiere acercarse a la realidad y enfrentar los hechos de su situación en lugar de guiarse por juicios sesgados y creencias erróneas.
Algunas preguntas para ayudarte a acercarte a la realidad:
Separar el bien del mal en una situación difícil para centrarse en lo que importa.
Cuando nos enfrentamos a una situación difícil,
Las situaciones difíciles traen consigo muchas incógnitas y desafíos. Para sortearlas es necesario convertirse en una persona con gran capacidad de acción.
La alta capacidad de acción consiste en encontrar una manera de conseguir lo que se quiere, sin esperar a que las condiciones sean perfectas ni echarle la culpa a las circunstancias. Las personas con alta capacidad de acción se abren paso a pesar de la adversidad o consiguen revertirla para alcanzar sus objetivos. O encuentran un camino, o lo crean.
Es una sensación de control sobre sus propios comportamientos, decisiones y acciones para dar forma a su vida, en lugar de depender de circunstancias, condiciones y entornos externos para decidir lo que puede y no puede hacer.
En lugar de considerar los límites de otras personas como sus propios límites y encajar en una caja basada en lo que otros consideran posible, las personas con alta capacidad de acción expanden sus límites de influencia, se esfuerzan para navegar en territorio desconocido y hacen el trabajo necesario para tener éxito.
Para convertirse en una persona de alta capacidad de acción, no se necesitan talentos ni conocimientos especiales. Todo lo que se necesita es:
Jim Dethmer llama a esto “asumir una responsabilidad radical”.
Cuando echamos la culpa, ubicamos la causa y el control de nuestra vida fuera de nosotros. Cuando asumimos la responsabilidad, ubicamos la causa y el control de nuestra vida dentro de nosotros.
—Jim Dethmer
En una situación difícil, empiezan a surgir buenas soluciones cuando asumes la responsabilidad en lugar de culpar a alguien o algo más por tu situación.
Abordar una situación difícil sin una estrategia es un error tonto. Actuar apresuradamente para solucionar la situación sin planificación puede empeorarla.
Tu reacción predeterminada ante una situación difícil suele estar orientada al corto plazo: piensas en lo que es mejor en el momento para apaciguar la situación o hacer que tu dolor desaparezca.
Pero la gratificación instantánea, por muy buena que parezca, probablemente conducirá a una opción con consecuencias negativas a largo plazo.
Puedes negarte a hablar incluso cuando no estás de acuerdo porque mantener el silencio te hace sentir seguro.
Puedes dejar pasar una gran oportunidad porque te preocupa fracasar y parecer incompetente.
Es posible que le grites a un compañero de trabajo enojado en lugar de manejar la situación con calma.
Te comportas de una manera que no es la mejor para ti porque tu cerebro, en piloto automático, la mayor parte del tiempo toma estas decisiones por ti.
Cuando buscamos la satisfacción de la gratificación instantánea, tomamos decisiones que, por muchas razones, son irresponsables y se basan en un razonamiento deficiente... o en ningún razonamiento en absoluto. Se necesita tiempo y autocontrol para asimilar la información, dejar que las personas revelen su verdadero carácter, ser coherentes y disciplinados, y dar tiempo a que los conflictos se resuelvan por sí solos. Retrasar la gratificación significa trabajar para volverse más consciente de uno mismo y lo suficientemente humilde como para admitir que nuestros primeros impulsos no siempre son los más inteligentes.
—DeVon Franklin
Para manejar bien las situaciones difíciles, es necesario intervenir conscientemente y tomar el control de tus decisiones en lugar de dejar que tu cerebro tome el control.
Para ello, ante una situación difícil:
Incluso cuando necesitas responder en el momento y no tienes tiempo para volver atrás y pensar en una estrategia, seguir rápidamente estos pasos en tu mente puede aumentar la probabilidad de seleccionar una mejor opción.
Elaborar estrategias sobre cuál es la mejor manera de afrontar su situación puede generar opciones creativas que serían imposibles de lograr sin detenerse y pensar.
Las situaciones difíciles no se anuncian antes de aparecer, aparecen justo cuando menos te lo esperas.
Cuando no estás mentalmente preparado para manejar lo inesperado, cualquier desviación de lo normal o incluso un ligero cambio en tus circunstancias pueden causarte mucha ansiedad, distorsionar tu capacidad de pensar con claridad y elegir opciones que son malas para ti o no te favorecen.
¿Qué sucede si la empresa que proporciona el software de terceros que estás utilizando para el lanzamiento de un producto cierra?
¿Qué pasa si en medio de tu presentación, un problema técnico te impide mostrar el contenido de la misma?
¿Qué pasa si en una reunión alguien empieza a gritarte o a lanzarte comentarios acusatorios?
¿Qué pasa si tienes una fecha límite mañana y tu sistema informático deja de funcionar?
¿Qué pasa si el producto que usted trabajó tan duro para construir no es bien recibido por los demás?
Todas estas situaciones, si bien no son muy probables, al menos son posibles. Pueden hacerte perder el rumbo al quitarte la sensación de control sobre la situación y hacerte actuar de manera indeseable e ineficaz.
En la vida, habrá momentos en los que hagamos todo bien, quizás incluso a la perfección. Sin embargo, los resultados serán, de algún modo, negativos: fracaso, falta de respeto, celos o incluso un sonoro bostezo del mundo. Dependiendo de lo que nos motive, esta respuesta puede ser aplastante.
— Ryan Vacaciones
La mejor manera de afrontar situaciones difíciles en el trabajo es estar preparado para “esperar lo inesperado”.
Piensa de antemano en todo lo que puede salir mal y crea una solución mental en tu mente usando escenarios hipotéticos para sobresaltarte menos ante lo inesperado.
No se puede predecir el futuro, pero sí planificarlo. No se pueden controlar los resultados inciertos, pero sí se puede estar mejor preparado para centrarse en los resultados controlables.
Al enfrentar situaciones difíciles, pensar en lo peor que puede pasar puede aliviar la presión al depender menos de los resultados y concentrarse más en el esfuerzo.
Tenemos tendencia a distorsionar la realidad para adaptarla a nuestros juicios y creencias. Cuando nos enfrentamos a una situación difícil, aferrarnos a nuestros prejuicios puede impedirnos afrontar los hechos y la realidad de la situación. Para afrontar una situación difícil, separemos los hechos de la ficción. Distingamos entre la verdad y las historias inventadas por nuestro cerebro.
Tu reacción predeterminada ante una situación difícil puede ser sentirte impotente, desesperanzado e impotente. Considerarte una víctima de tus circunstancias puede impedirte encontrar soluciones y seguir adelante. Para lidiar con una situación difícil, deja de culpar y quejarte para asumir la responsabilidad radical.
Las situaciones difíciles suelen suscitar fuertes emociones negativas. Cuando respondes a una situación difícil sin detenerte a pensar, tu reacción inmediata es elegir opciones que hagan que esos sentimientos negativos desaparezcan. Esto hace que te inclines por soluciones a corto plazo que no son lo mejor para ti si las analizas desde una perspectiva a largo plazo. Para afrontar situaciones difíciles, renuncia a la gratificación instantánea en favor de objetivos a largo plazo.
Las dificultades aparecen cuando menos las esperas. No estar preparado para afrontarlas puede aumentar el estrés y la ansiedad, lo que te hará actuar de forma indeseable e ineficaz. Estar mentalmente preparado para aceptar que las cosas pueden salir mal puede mantenerte tranquilo y ayudarte a encontrar formas creativas.
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