El término “mundo virtual” puede definir vagamente el término “metaverso”, pero realmente depende de a quién le preguntes y en qué entorno. En 1992, el autor Neal Stephenson creó el término para la novela “Snow Crash”, para describir un mundo virtual inmersivo compartido por todos. En 2011, la novela “Ready Player One” de Ernest Cline detallaba otro mundo virtual como ese, y los juegos multijugador en línea como Habbo Hotel (2000) o Second Life (2003) han tenido como objetivo crear algo bastante similar. En 2020, Decentraland y The Sandbox agregaron criptomonedas a la mezcla.
Si nos centramos en el espacio criptográfico, un Metaverso (hay varios) es un universo digital construido en parte con Tecnología de Registro Distribuido (DLT), donde las personas, a través de avatares, pueden interactuar, trabajar, jugar e incluso invertir. Permite la verdadera propiedad de activos virtuales a través de
Y en su mayoría están descentralizados, por supuesto.
Los metaversos, ya sean centralizados o descentralizados, comparten varias características comunes. Son sincrónicos y activos, lo que significa que existen en tiempo real y brindan una experiencia continua que no se detiene ni se reinicia. También son persistentes y permanecen activos incluso cuando los usuarios cierran la sesión. Además, los metaversos están diseñados para ser accesibles tanto de manera individual como colectiva, lo que permite a los usuarios interactuar con el entorno y entre sí a través de avatares digitales. Estos avatares sirven como representaciones personales en el mundo virtual, lo que permite interacciones sociales, participación en eventos y actividades económicas, si están disponibles.
Los metaversos descentralizados ofrecen varias ventajas sobre sus contrapartes centralizadas. A diferencia de las plataformas centralizadas que están controladas por una sola entidad, que es la única capaz de monetizar la experiencia, los metaversos descentralizados aprovechan la tecnología DLT para distribuir la propiedad.
Utilizan contratos inteligentes y organizaciones autónomas descentralizadas (DAO), lo que permite a los usuarios influir en el desarrollo y las políticas de la plataforma a través de tokens de gobernanza y mecanismos de votación. Este control compartido garantiza que la economía del metaverso pueda operar de forma independiente, incluso si los desarrolladores originales se alejan.
Una característica clave de los metaversos descentralizados es la verdadera propiedad digital. Los activos como tierras, avatares y otros elementos se representan como NFT, lo que proporciona transparencia y propiedad verificable. Los usuarios pueden intercambiar libremente estos activos en bolsas descentralizadas, lo que les otorga un valor económico real y fomenta la interoperabilidad entre plataformas.
Un terreno virtual o un inmueble virtual en un metaverso es una propiedad digital que los usuarios pueden comprar, vender y desarrollar, lo que significa que los propietarios pueden construir estructuras, crear experiencias y personalizar su terreno virtual para eventos, negocios o uso personal. Todo esto a cambio de dinero real. De hecho, se han vendido terrenos o parcelas virtuales por miles o millones a lo largo de los años, y las principales marcas y celebridades se han sumado a la tendencia.
Por ejemplo, en 2021, Decentraland vio cómo se vendían terrenos por entre 6.000 y 100.000 dólares. Grandes empresas como Samsung, Adidas y PricewaterhouseCoopers han conseguido su espacio en Decentraland, mientras que artistas como Deadmau5 y Grimes han realizado conciertos dentro de la plataforma.
En The Sandbox, personajes destacados como Snoop Dogg y los gemelos Winklevoss han comprado terrenos virtuales, con algunas ventas que alcanzaron hasta los 2,8 millones de dólares a principios de 2021. Por supuesto, el precio depende del terreno específico (en forma de NFT), y puede comenzar en unos pocos cientos de dólares en la criptomoneda nativa de la plataforma.
Por otro lado, debemos mencionar que las tierras virtuales no son lo mismo que
Como era de esperar, los usuarios pueden socializar a través de avatares, asistir a eventos virtuales como conciertos, exposiciones de arte y conferencias, o simplemente explorar el panorama digital. Muchos metaversos descentralizados, como Decentraland y The Sandbox, albergan experiencias inmersivas que incluyen entretenimiento, educación y oportunidades de networking.
Estas plataformas ofrecen interacciones persistentes y en tiempo real, lo que permite a los usuarios interactuar con el entorno y los demás como si estuvieran en un espacio físico, sin los riesgos que ello implica.
Además, cada plataforma puede ofrecer sus experiencias y características únicas.
Por supuesto, un aspecto clave de los metaversos descentralizados es la capacidad de poseer y comercializar activos virtuales, como tierras, ropa y objetos de colección, en forma de tokens nativos. Los usuarios pueden comprar, vender o alquilar propiedades y artículos virtuales en mercados descentralizados, lo que ofrece algunas oportunidades de obtener ganancias.
En realidad, existen numerosas formas de generar ingresos a partir de estas plataformas, y hay opciones para todos los gustos. Puedes obtener ganancias comprando, vendiendo y alquilando propiedades dentro de estos mundos digitales. Pero eso no es todo: también puedes trabajar como corredor, ayudando a otros a conectarse con compradores o vendedores y ganando comisiones por tus esfuerzos.
Si prefieres un enfoque más práctico,
Otra forma de ganar dinero es jugando. Los juegos de metaverso como Alien Worlds permiten a los jugadores minar, intercambiar e incluso apostar tokens para obtener recompensas pasivas.
Por último, el mercado de NFT ofrece la oportunidad de obtener ganancias mediante la creación y venta de artículos digitales únicos. Los artistas pueden crear sus propios NFT o incluso permitir que otros creen y vendan su trabajo, ganando un porcentaje de cada transacción.
La tecnología descentralizada de Obyte puede desempeñar un papel clave en la creación de metaversos completamente descentralizados. Como red basada en gráficos acíclicos dirigidos (DAG),
La ventaja de la descentralización en un metaverso es significativa para los usuarios. Dado que ninguna autoridad central puede dictar términos o censurar actividades, los individuos tienen más control sobre su presencia virtual y sus activos. Esta autonomía garantiza que los usuarios puedan participar libremente en la creación de contenido, la gestión de propiedades virtuales o el comercio de NFT, sin temor a interferencias.
Además, las herramientas de Obyte, como los contratos inteligentes,
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