La historia

Aproximadamente un año después de conseguir nuestros primeros clientes empresariales, decidí cambiar nuestro nombre a Macro y me comprometí a pagar 600.000 dólares por el dominio “ macro.com ”, a lo largo de tres años. Fue un acuerdo financiado por el vendedor, lo que significa que pagamos unos 200.000 dólares por adelantado y el resto mensualmente.

Ya hemos recaudado más de 20 millones de dólares para construir nuestro espacio de trabajo de IA (LLM + editores de archivos integrados para Word, notas, código, diagramas, PDF, pizarrones), pero en aquel entonces eran solo 2 millones de dólares, ¡así que fue una GRAN apuesta!

Una marca a la altura de nuestra ambición

¿Por qué cambiar nuestro nombre? Todo se redujo a una pregunta: ¿qué tipo de empresa quiero construir? Nuestro nombre original parecía pequeño y de nicho, pero mis ambiciones eran mucho más grandes: quería reconstruir Office Suite (ahora lo llamamos un "espacio de trabajo de IA" porque suite de oficina suena demasiado a baby boomer). Aprendí que es más fácil trabajar en grandes ideas que en pequeñas y sentí que necesitábamos un nombre que estuviera a la altura.

Construir cosas grandes es más fácil

Casi al mismo tiempo, me di cuenta de que en Estados Unidos no se recompensa la creación de cosas pequeñas. Es más fácil conseguir capital, reclutar talento y vender tu visión cuando estás resolviendo problemas grandes e importantes. Siempre había querido construir algo grande, pero no sabía que podía hacerlo al salir de la universidad. Supuse que tenía que ir construyendo cosas cada vez más grandes para ganar credibilidad. ¡Error! Construye simplemente lo que más te entusiasme (¡eso es probablemente lo que el mundo necesita!).

El éxito alimenta el éxito

Dos meses después de cambiar nuestro nombre, recaudamos fondos de a16z. Lo mejor de esa ronda fue la credibilidad que nos dio. Esa percepción de éxito se convirtió en resultados tangibles: mejores contrataciones, más clientes y un impulso más fuerte. Como fundador de 24 años, sabía que necesitaba esa credibilidad, y un gran dominio como “ macro.com ” era una forma poderosa de demostrarlo.

Agradezco a Waseem Daher de Pilot por darme la confianza para apostar a lo grande por el dominio, después de contarme su historia sobre Pilot dot com. Creo que pensar a lo grande es algo cultural que podemos tener más o menos en función de los tiempos. ¡Espero que esto inspire a otros a apostar a lo grande también!