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La teoría de la Internet muerta: el lado oscuro de la automatización con IApor@antonvoichenkovokrug
Nueva Historia

La teoría de la Internet muerta: el lado oscuro de la automatización con IA

Demasiado Largo; Para Leer

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Anton Voichenko (aka Anton Vokrug) HackerNoon profile picture
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La Internet que conocíamos está muriendo, o al menos está cambiando hasta volverse irreconocible. Con el auge de la inteligencia artificial, el espacio digital se está convirtiendo en un lugar donde las fronteras entre personas y máquinas se difuminan, y las interacciones se están volviendo menos auténticas y menos “humanas”. La “Teoría de la Internet muerta”, aunque a menudo se considera una teoría de la conspiración, sorprendentemente capta algunos de estos cambios con precisión. ¿Qué sucedería si ya estuviéramos viviendo en una red donde la mayor parte del contenido no es creado por personas, sino por algoritmos? ¿Y qué significa eso para el futuro?

Contenido para contenido: IA Escritura para IA

Si naciste antes de 2010, tomémonos un momento para recordar cómo era Internet hace apenas diez años. Los foros, los blogs y las primeras redes sociales dependían de la participación humana. La gente escribía artículos, compartía sus pensamientos y debatía en los comentarios. Era un ecosistema vibrante de ideas. Pero con el desarrollo de la tecnología de inteligencia artificial, este ecosistema comenzó a cambiar. Hoy en día, el contenido ya no lo crean únicamente los humanos. Textos, artículos de noticias y publicaciones en las redes sociales: todo esto ahora puede ser generado por máquinas.

La IA puede escribir artículos que son casi imposibles de distinguir de los escritos por humanos. Probablemente hayas leído algunos de estos artículos sin siquiera darte cuenta. ¿Podría ser que este artículo haya sido escrito por un servicio de IA? ¿Un artículo de noticias? ¿Una publicación en las redes sociales? ¿Un comentario debajo de un video? Todo esto podría ser obra —o más bien, el "código"— de un algoritmo.


Según las investigaciones, aproximadamente el 15% de las cuentas de Twitter son bots, lo que crea la ilusión de una actividad real del usuario. Esto es especialmente cierto en los debates políticos, donde La IA se utiliza para impulsar determinados puntos de vista Y eso es sólo lo que podemos identificar: el porcentaje real podría ser mucho mayor.


¿Qué ocurre con otras redes sociales, como LinkedIn y Facebook? Lamentablemente, la realidad es aún más preocupante. No podemos medir por completo la verdadera magnitud de este problema porque es simplemente imposible estudiarlo en su totalidad. Las redes sociales son donde la "Internet muerta" se muestra con mayor claridad. Piensa en la última vez que recibiste un "me gusta" o un comentario en tu publicación. ¿Estás seguro de que fue de una persona real? Investigación de Emilio Ferrara Se descubrió que aproximadamente el 19% de las publicaciones políticas en Twitter durante las elecciones estadounidenses de 2016 fueron realizadas por bots. Estos bots pueden difundir información, responder comentarios e incluso participar en debates, creando la ilusión de una interacción humana real.


Además, las empresas utilizan la automatización para gestionar sus páginas de redes sociales. La IA escribe publicaciones, rastrea la interacción y mejora el contenido. Al mismo tiempo, los usuarios habituales también utilizan la IA para automatizar sus cuentas. Esto significa que estamos ayudando a crear esta situación nosotros mismos. Como resultado, las redes sociales se están convirtiendo en un lugar donde los algoritmos imitan la actividad y la comunicación humana real está desapareciendo.


Los modelos de IA no solo crean publicaciones, sino que aprenden de cada interacción que tienes. Un me gusta, un comentario o incluso una simple visualización proporcionan datos que la IA utiliza para comprender qué llama tu atención. Los algoritmos analizan qué temas, titulares, imágenes o frases generan más interacción. Con cada ciclo de aprendizaje, mejoran en la creación de contenido diseñado para captar tu atención. Esto convierte el contenido en una herramienta que no solo te informa, sino que manipula activamente tus emociones, reacciones y comportamiento. Te mantiene en la plataforma por más tiempo o influye en tus decisiones, a menudo sin que te des cuenta.


La creación de contenido generado por inteligencia artificial para influir en la política es uno de los aspectos más peligrosos de la automatización de Internet. Estas tecnologías pueden producir noticias falsas, manipular la opinión pública con bots e incluso crear videos o audios falsos de políticos haciendo declaraciones falsas.

El problema se agrava porque resulta casi imposible distinguir el contenido falso del real, especialmente para los usuarios habituales. Sin herramientas claras para detectar el contenido falso, la sociedad queda expuesta a la manipulación. Esto puede debilitar la confianza en los procesos e instituciones democráticos, creando graves desafíos para las elecciones libres y la transparencia política.

Caso práctico: IA en el reclutamiento: la carrera de las máquinas

El proceso de contratación se ha convertido en otro campo de batalla para los sistemas de inteligencia artificial. Los empleadores modernos utilizan cada vez más algoritmos para escanear currículums y cartas de presentación. Estos sistemas buscan palabras clave, analizan el estilo de redacción y comprueban si la experiencia es relevante, todo de forma automática. Según un artículo de Peter Cappelli en Harvard Business Review Aproximadamente el 75% de los currículos nunca llegan a los ojos de un reclutador porque la IA los filtra.


Pero el juego no termina ahí. Los solicitantes de empleo, que conocen cómo funcionan estos algoritmos, también recurren a herramientas de IA para crear los documentos "perfectos". Estas herramientas generan currículums diseñados para pasar los filtros de IA y escribir cartas de presentación ideales.


Como resultado, terminamos en una situación en la que una IA crea los documentos y otra los filtra. Los humanos quedan fuera de la ecuación: son meros espectadores que observan una batalla de algoritmos.

Contenido visual: ¿realidad o ilusión?

La IA ha aprendido no solo a escribir texto sino también a crear imágenes. Servicios como This Person Does Not Exist Puede generar imágenes realistas de personas y objetos que no existen. A primera vista, esto podría parecer una herramienta más, pero plantea serias preguntas. ¿Dónde trazamos la línea entre lo real y lo falso si una imagen generada por IA se ve exactamente como una foto real?


Las redes sociales, donde las imágenes juegan un papel muy importante, ahora se están llenando de este tipo de “arte artificial”. La gente publica imágenes generadas por IA para obtener reacciones, a veces de una audiencia que también puede estar compuesta por bots.


Estos ejemplos muestran que Internet está dejando de ser un lugar para las personas y se está convirtiendo en un espacio donde la IA interactúa con la IA. Un algoritmo crea contenido, otro lo analiza, un tercero lo filtra y un cuarto responde a los comentarios. La participación humana está disminuyendo y la comunicación se está convirtiendo en una mera serie de señales intercambiadas entre máquinas.


Puede parecer un avance, pero hay problemas ocultos. Si las máquinas crean gran parte del contenido en línea, la confianza en la información disminuye. Ya vivimos en un mundo en el que es difícil distinguir entre la verdad y la manipulación. La automatización de la comunicación, especialmente en las redes sociales, hace que Internet parezca falso. Las personas pierden la capacidad de establecer relaciones genuinas en línea.


Cuando la IA genera comentarios que influyen en la opinión pública, nos enfrentamos a un profundo dilema ético. ¿Quién es responsable de estas acciones? El algoritmo simplemente está haciendo su trabajo. ¿Es el desarrollador que creó y entrenó a la IA? ¿La empresa que la usa en su plataforma? ¿O tal vez nadie, ya que la IA no tiene libre albedrío ni conciencia moral? Esta falta de claridad crea riesgos para la sociedad. Los comentarios manipuladores generados por la IA pueden promover tendencias falsas, difundir información errónea o incluso afectar las elecciones. Hasta que las leyes y los estándares éticos se pongan al día con estas tecnologías, corremos el riesgo de vivir en un mundo donde nadie sea responsable de la influencia de la IA, lo que abre la puerta al abuso.


La teoría de la “Internet muerta”, aunque comenzó como una teoría conspirativa, está empezando a parecer menos absurda. Vemos señales de que la participación humana en la creación y el consumo de contenido está disminuyendo, dando paso a la automatización. Las plataformas de redes sociales están llenas de contenido generado por inteligencia artificial, y las interacciones de los usuarios a menudo son modificadas o reemplazadas por bots. Esto cambia la naturaleza de Internet y plantea preguntas importantes sobre su futuro.


Para mantener la Internet “humana”, necesitamos actuar en varios niveles:


  1. Las empresas tecnológicas deben asumir una mayor responsabilidad en el uso que hacen de la IA. La transparencia en los algoritmos, las herramientas para detectar contenido falso y el respaldo a las interacciones reales deberían ser prioridades. Por ejemplo, etiquetar el contenido generado por IA puede ayudar a los usuarios a saber con quién o con qué están interactuando.

  2. Los usuarios deben mantenerse involucrados e informados. Esto significa mejorar la alfabetización digital, pensar críticamente sobre la información y comprender cómo funcionan los algoritmos. Debemos aprender a distinguir lo real de lo falso, evitar caer en contenido manipulador y mantener conexiones humanas genuinas en línea.

  3. La regulación y las directrices éticas son necesarias para proteger tanto a los usuarios como a las empresas. No se trata solo de la protección de datos, sino también de controlar cómo se utiliza la IA en los procesos sociales y políticos. La regulación debe garantizar que Internet siga siendo un espacio humano, evitar el abuso y promover el acceso igualitario a la tecnología.


Pero eso no basta. Para que Internet siga siendo “humana”, es necesario que vuelva a ser un lugar para la creatividad, el diálogo abierto y la comunicación real. Deberíamos apoyar comunidades basadas en la honestidad y la autenticidad, donde las voces humanas tengan más fuerza que los algoritmos. Las plataformas que priorizan a las personas, no solo a las ganancias derivadas de mantener a los usuarios en línea, pueden dar un mejor ejemplo.


Internet sigue viva, pero su futuro depende de cómo usemos la tecnología que creamos. Si seguimos ciegamente el camino de la automatización total, corremos el riesgo de perder lo que hace que Internet sea verdaderamente valiosa: la presencia humana. Pero si equilibramos cuidadosamente la tecnología con los valores humanos, podemos devolver a Internet su propósito original: un espacio para las personas, no para las máquinas.