La humanidad se encuentra en un momento crucial en el que los avances tecnológicos pueden transformar radicalmente la forma en que satisfacemos nuestras necesidades básicas y desarrollamos nuestro máximo potencial. La visión de Sam Altman se basa en tres estrategias interrelacionadas: aprovechar la inteligencia artificial avanzada para gestionar las tareas cotidianas, establecer un ingreso básico universal para garantizar la seguridad financiera y garantizar la equidad mediante sistemas de identificación humana fiables.
A continuación se presentan tres puntos clave que capturan esta hoja de ruta transformadora:
Potenciar el potencial de la humanidad: sólo una pequeña fracción de las personas puede centrarse en soluciones innovadoras, ya que la mayoría está ocupada satisfaciendo necesidades básicas, lo que limita nuestro progreso colectivo.
La visión de Sam Altman: a través de AGI (OpenAI) y UBI, Altman pretende automatizar tareas mundanas y garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de todos, liberando a las personas para que busquen una creatividad y una resolución de problemas de nivel superior.
Contribución de World.org: Al ofrecer pruebas de humanidad y singularidad, World ayuda a implementar la RBU de forma segura y a gran escala, liberando el genio sin explotar de miles de millones de personas para la innovación global.
La humanidad se enfrenta a un obstáculo sutil pero profundo: sólo un pequeño número de individuos impulsa una parte desproporcionada de nuestro progreso colectivo. Mientras que muchas personas en todo el mundo se ocupan de sus responsabilidades cotidianas y simplemente tratan de llegar a fin de mes, existe un grupo selecto de innovadores, solucionadores de problemas y visionarios cuyas necesidades básicas están tan perfectamente satisfechas que pueden centrarse en resolver los desafíos globales más urgentes.
Entre los ejemplos más destacados se encuentran empresarios como Elon Musk, que recientemente se convirtió en el primer individuo en superar un patrimonio neto de 400.000 millones de dólares gracias a emprendimientos destinados a revolucionar la energía, el transporte y la exploración espacial. Visionarios como Steve Jobs canalizaron de manera similar un sentido casi ilimitado de posibilidades para crear maravillas tecnológicas que transformaron industrias enteras. La ventaja que comparten es que tienen plenamente satisfechos los niveles fundamentales de la jerarquía de necesidades de Maslow, lo que les permite dedicar una cantidad considerable de tiempo y energía mental a la creatividad, la innovación y la resolución de problemas de nivel superior.
No se trata solo de los negocios y la tecnología. Figuras históricas como Albert Einstein hicieron contribuciones revolucionarias a la física teórica en gran medida porque contaban con becas y estipendios que salvaguardaban su vida cotidiana. Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad básicas de una persona están garantizadas, puede centrar toda su atención en descubrir nuevas teorías, diseñar soluciones radicales y contribuir al conocimiento colectivo de la humanidad.
A pesar de que el planeta alberga a miles de millones de seres humanos, sólo una fracción tiene la libertad o los recursos necesarios para desarrollar su máximo potencial. Esta limitación limita el progreso en muchos frentes, dejando de lado, en esencia, a mentes brillantes que podrían estar creando empresas, logrando avances científicos o influyendo en las políticas mundiales, pero que en cambio están preocupadas por satisfacer sus necesidades fundamentales.
Entra Sam Altman, empresario tecnológico, expresidente de Y Combinator y actual líder de múltiples iniciativas con visión de futuro. En OpenAI, el objetivo es desarrollar una inteligencia artificial general (IAG) capaz de manejar tareas rutinarias, liberando la creatividad humana para iniciativas de mayor impacto. Si la IAG puede automatizar el trabajo mundano (desde la entrada de datos hasta la asignación de recursos), libera a los humanos para que se concentren en formular ideas audaces y abordar desafíos existenciales como el cambio climático, la preparación para pandemias y más.
Sin embargo, contar con un compañero o asistente controlado por inteligencia artificial no brinda consuelo a quienes no cuentan con los recursos necesarios para prosperar. La tecnología por sí sola no resuelve el desequilibrio fundamental que impide a la mayoría de las personas alcanzar los niveles superiores de la jerarquía de Maslow.
Una posible solución es la Renta Básica Universal (RBU), que ofrece a cada persona un ingreso garantizado para cubrir los gastos básicos de vida. Con la RBU, más personas pueden superar el modo de supervivencia y alcanzar niveles más altos de creatividad, resolución de problemas y contribución social. Sin embargo, el desafío sigue siendo: ¿cómo implementamos la RBU a gran escala? ¿Cómo verificamos la singularidad, prevenimos el fraude y confirmamos que los fondos llegan solo a quienes califican, especialmente a escala global?
World (antes conocida como Worldcoin) fue concebida para abordar precisamente estos problemas, ofreciendo un marco para demostrar tanto la singularidad como la humanidad. Al aprovechar los datos biométricos y las técnicas criptográficas de vanguardia, World busca garantizar que los pagos universales estén protegidos contra la duplicación, el fraude y la explotación, lo que hace viables los programas de RBU a gran escala.
Si se superan estos obstáculos fundamentales (mediante una inteligencia artificial general que nos libere de las tareas repetitivas y un sistema de renta básica universal que garantice las necesidades básicas), nuestra civilización podría experimentar un aumento sin precedentes del progreso. Liberadas de las preocupaciones por la supervivencia, miles de millones de mentes podrían ascender a los peldaños de la “autorrealización” y la “trascendencia” de la jerarquía de Maslow, impulsando un nuevo renacimiento en la ciencia, la tecnología, las artes y la cultura.
La receta de Sam Altman para elevar la conciencia mundial no depende de una única innovación, sino de varios avances interconectados. La inteligencia artificial, el ingreso básico universal y soluciones que demuestran la existencia de una humanidad como World.org encajan en una gran visión que consiste en empoderar a la humanidad para que haga lo que mejor sabe hacer: soñar, crear y resolver los problemas más difíciles que tenemos por delante. Si primero abordamos las necesidades fundamentales, podemos liberar la brillantez colectiva que aguarda en los miles de millones de personas que rara vez tienen la oportunidad de mirar más allá de la lucha diaria. Un cambio de este tipo tiene el potencial de acelerar el progreso a un ritmo que antes se consideraba inimaginable.