El director ejecutivo Nam Kim considera que esta tecnología es una "singularidad" o un "punto de inflexión" en el desarrollo de la IA. "Nuestros humanos digitales pueden pensar, sentir e interactuar de maneras que imitan el comportamiento humano", explica Kim, destacando el potencial de nuevas posibilidades en las experiencias virtuales.
La tecnología detrás de los humanos digitales autónomos
El sistema operativo de Conciencia Artificial patentado de ACT impulsa a sus humanos digitales. Este sistema utiliza un marco sofisticado de patrones de luz y contraste para procesar las entradas sensoriales y responder como un humano. Traduce los datos sensoriales al lenguaje humano, que la IA utiliza para generar pensamientos y acciones.
Lo que distingue a esta tecnología es su capacidad de imitar la cognición humana. A diferencia de los sistemas de IA tradicionales, que se basan en respuestas predefinidas, los humanos digitales de ACT pueden participar en interacciones dinámicas y tomar decisiones basadas en sus “pensamientos” y “sentimientos”. Esto aporta una nueva profundidad y realismo a los entornos virtuales, preparando el terreno para experiencias de realidad virtual más inmersivas.
Aplicaciones en realidad virtual y más allá
Los humanos digitales de ACT tienen un gran potencial de aplicación. En los juegos de realidad virtual, estas entidades impulsadas por IA pueden hacer que las experiencias de juego sean más realistas y receptivas. Los jugadores pueden interactuar con humanos digitales que exhiben emociones y personalidades genuinas, lo que crea un entorno más atractivo.
Más allá de los juegos, esta tecnología podría revolucionar la educación y la formación. Los instructores virtuales o compañeros de formación que se adaptan al progreso del usuario y ofrecen comentarios personalizados podrían transformar el aprendizaje electrónico. Además, los humanos digitales podrían servir como compañeros virtuales en la terapia de salud mental, ofreciendo interacciones empáticas que respondan al estado emocional del usuario.
Consideraciones éticas e impacto en el mercado
La introducción de una IA con una conciencia similar a la humana plantea importantes cuestiones éticas. La capacidad de los humanos digitales para pensar y sentir requiere una perspectiva cuidadosa y responsable.
Kim reconoce estos desafíos y destaca la importancia de programar pautas éticas en la IA. “Debemos asegurarnos de que nuestras creaciones actúen de manera que prioricen la seguridad y el bienestar humanos”, señala.
El potencial de mercado de la tecnología de ACT es sustancial. Los analistas proyectan que los avances en inteligencia artificial y tecnología inmersiva impulsarán el mercado global de realidad virtual hasta alcanzar los 44.700 millones de dólares en 2024. Los humanos digitales de ACT están bien posicionados para satisfacer la creciente demanda de experiencias realistas e interactivas.
Desafíos y oportunidades
A pesar del inmenso potencial, aún quedan varios obstáculos por superar. La percepción pública es un desafío importante, ya que muchas personas se muestran escépticas respecto de una IA que pueda pensar y sentir. La integración de esta IA avanzada en las plataformas de realidad virtual existentes requiere competencia técnica y aprobaciones regulatorias.
Sin embargo, las oportunidades superan a estos desafíos. A medida que la tecnología madure, podría transformar varios sectores, desde el entretenimiento y la educación hasta la atención médica y el servicio al cliente. Los humanos digitales con pensamientos y personalidades autónomas podrían redefinir la forma en que interactuamos con las máquinas, convirtiéndolas en algo más que simples herramientas, en compañeras y colaboradoras.
La visión de ACT para el futuro
ACT tiene como objetivo asociarse con importantes empresas tecnológicas para acercar sus humanos digitales a un público más amplio. La empresa busca licenciar su patente estadounidense y vender una participación mayoritaria a gigantes de la industria como Google, Microsoft y OpenAI. Kim cree que este tipo de alianzas son esenciales para ampliar la tecnología y aprovechar todo su potencial.
“Podemos acelerar el desarrollo y la implementación de nuestros humanos digitales colaborando con líderes tecnológicos establecidos”, explica Kim.
Artificial Consciousness Technology, Inc. está allanando el camino para una nueva era en IA. ACT está ampliando los límites de lo posible en la realidad virtual y más allá al desarrollar humanos digitales con pensamientos y personalidades autónomas.
Nam Kim lo resume así: “Nuestra tecnología no consiste solo en crear máquinas más inteligentes, sino en fabricar máquinas que realmente puedan conectarse con nosotros a nivel humano”. Con la presentación de sus humanos digitales, ACT está preparada para tener un impacto significativo en el futuro de la IA y la realidad virtual.